Story and History: Jane Austen and the Politics of Fiction.
Resumen
Si el poder político del texto narrativo depende de la capacidad que éste pueda tener para crear empatía, tranferir la experiencia de un personaje al lector y motivar el deseo de imitar a tal personaje, las novelas de Jane Austen pueden ser consideradas, y de hecho suelen serlo, como vehículos ideológicos que subscriben el ideal de feminidad descrito en los conduct-books. Por una parte, tanto su sentido común como su formación ética provocaban su rechazo de todo aquel texto ficcional cuya fábula o mundo posible no estuviese relacionada con la historia o mundo real, de todo texto que promocionase la fantasía de la lectora. Por otra parte, Jane Austen fue capaz de integrar un final feliz e incluso romántico en sus fábulas realistas porque deseaba transmitir a sus lectoras su fe en el ideal burgués de una esfera doméstica y familiar, deseaba convencerlas de la felicidad que dicha esfera podía proporcionar. Sin embargo, el modo representacional realista utilizado por esta escritora suele deconstruirse a sí mismo, y su reacción en contra de las novelas que provocan cierta evasión de la realidad no señala necesariamente planteamientos conservadores o burgueses. Este trabajo sugiere que Jane Austen advierte sobre el poder de seducción y persuasión de un género literario que a través del realismo crea la ilusión de un mundo posible. Mediante esta representación transparente y supuestamente objetiva la novela adquiere mayor eficacia política que el viejo discurso político o religioso. Jane Austen prefiere la novela a otros géneros, pero sus textos narrativos llaman la atención sobre su propia ficcionalidad.